EUROPA
PRESS
4 mayo
2016
La disponibilidad de alimentos y su variedad en las sociedades
desarrolladas es la mayor de la historia, lo que no significa que estemos
tomando todas las vitaminas y minerales esenciales en cantidad suficiente para
protegernos de problemas de salud crónicos.
Según explica Kristin Kirkpatrick, dietista del 'Wellness
Institute' de la Clínica Cleveland
en Estados Unidos, ciertos trastornos médicos, las etapas de la vida y las
dietas especiales pueden aumentar el riesgo de ciertas insuficiencias que
comprometen la salud.
La especialista, desde el
sitio web de la institución dirigido al público,
detalla las funciones más importantes de cinco vitaminas clave para el
organismo y cómo conseguir la cantidad suficiente de ellas a través de la
dieta.
Vitamina B12 (cobalamina)
Se trata de una vitamina
necesaria porque ayuda a mantener las células nerviosas y sanguíneas sanas y
ayuda a la producción de energía del organismo y a la creación de ADN. Sin
embargo, a medida que envejecemos tenemos menos ácido en el estómago para
descomponer la proteína y obtener la vitamina B12 de los alimentos. Además, trastornos
como la enfermedad de Crohn o medicamentos como los
inhibidores de la bomba de protones, los bloqueadores de H2 y el fármaco para
la diabetes metformina pueden interferir con su
absorción.
Las personas con más de 50
años y otras que tienen mayor riesgo de asimilar menores cantidades de vitamina
B12 deberían consultar con su médico sobre la posibilidad de tomar un
suplemento. El resto de la población puede conseguir la vitamina a través de
alimentos como el pescado, carne, aves, huevos, leche y lácteos. En el caso de
vegetarianos y veganos, también bajo riesgo de tomar
menos proteína B12, los cereales del desayuno pueden ser una buena fuente,
aunque hay que evitar los azúcares añadidos.
Folato y ácido fólico
El folato,
y su forma sintética el ácido fólico, son importantes en especial durante las
tres primeras semanas de embarazo para prevenir defectos de nacimiento.
Aumentar su consumo diario es fácil y apetitoso. Los vegetales de hoja verde,
frutas y zumos de fruta, así como las legumbres como los garbanzos y judías
secos son fuentes naturales de folato.
Vitamina D
Esta vitamina es crucial para
la salud ósea y la absorción del calcio. La deficiencia en vitamina D también
se ha vinculado a ciertos cánceres y a la enfermedad cardíaca.
Pero a diferencia de otras vitaminas, nuestra principal fuente de vitamina D no
son los alimentos sino el sol.
Por eso, los factores de
riesgo para bajos niveles de la vitamina incluyen vivir a altitudes altas,
niveles elevados de contaminación o polución, un alto grado de cobertura de la
piel con ropa, mayor uso de crema solar y pigmentación más oscura de la piel.
Algunos de estos factores están bajo nuestro control.
Muchos alimentos en la
actualidad están fortificados con vitamina D, incluyendo los zumos naturales,
leche y cereales de desayuno. Las fuentes naturales de vitamina D incluyen a
los pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas. Si
estas fuentes no están accesibles para ti, habla con tu médico sobre un
suplemento de vitamina D.
Vitamina B6
Esta vitamina interviene en
casi 200 reacciones bioquímicas en el organismo humano pero es conocida por su
papel en la regulación del sueño, el apetito y el estado de ánimo. Juega un
papel clave en las capacidades cognitivas y el funcionamiento inmune y también
ayuda a fabricar glóbulos rojos. Aunque su deficiencia es rara, muchos mayores
pueden no cumplir las recomendaciones diarias de consumo de vitamina B6.
Una mezcla de carnes,
cereales integrales, vegetales y frutos secos pueden ayudarnos a tomar la
suficiente vitamina B6. También existen alimentos enriquecidos con esta
vitamina.
Hierro
Como el folato
y el ácido fólico, el hierro es especialmente importante para las mujeres que
están embarazadas o planean la gestación. También ayuda al organismo a portar
oxígeno a las células.
El mejor tipo de hierro a
conseguir es el 'hierro hemo', que se asimila mejor
por el organismo. Buenas fuentes de hierro hemo
incluyen la carne magra, las aves y los mariscos. Para vegetarianos y veganos, fuentes útiles de hierro no hemo
son judías blancas, lentejas y espinacas, en especial si se toman con alimentos
ricos en vitamina C para una mejor absorción. Durante el embarazo, el médico
podría recomendar un suplemento de hierro.